Sabemos que, al montar tu propio consultorio, sea cual sea la especialidad a la que te dediques, no es sólo recibir pacientes, atenderlos y llevar un control de su expediente médico. Es de vital importancia llevar un registro de todo lo que acontece y está relacionado con el funcionamiento del consultorio, absolutamente todo.
Una parte muy importante, sobre todo si queremos que el consultorio sea sostenible financieramente a largo plazo, es tener un buen control de todo lo relacionado a las finanzas. Se debe de llevar un registro de todos los ingresos y de todos los gastos que se tengan. Existen dos tipos de gastos, gastos fijos (como podrían ser la conexión a internet, que paga una cuota mensual fija) y gastos variables (estos varían dependiendo de la afluencia de pacientes, como podrían ser materiales del consultorio)
En las próximas líneas queremos aconsejarte sobre puntos muy básicos para poder monitorear y tener un buen control de los gastos de tu consultorio. Al tener todos tus gastos controlados, te garantizarás tener una buena gestión financiera de tu consulta.
Registrar todos los gastos de la clínica
El primer paso es saber cuánto dinero se está gastando y en qué exactamente. Hay que llevar una tabla donde puedas dividir los gastos entre fijos y variables, detallar los montos y definir los conceptos de cada uno. Conocer esto te ayudará a llevar un buen control y tener un histórico que luego podrás analizar para decidir cuáles gastos son realmente necesarios y cuáles no.
Al tener registrados todos los gastos, una acción muy importante, es centrarse en los gastos de mayor importe de tu consultorio, ya que son en estos gastos donde tienes mayor margen de mejora. Define métodos de trabajo, contratos u otras acciones que te puedan ayudar a disminuir estas cantidades y así poder reducir esos gastos.
Establecer un gasto estándar
Si es cierto que ningún consultorio es igual, se ha establecido que un gasto ideal para un consultorio médico ronda entre el 55-60% de los ingresos, por tanto, deberías tener entre un 40-45% de beneficio. Si estás dentro de estos parámetros puedes asumir que tu clínica está por el buen camino. Si estás por encima del porcentaje del gasto, tienes que realizar un análisis a fondo para poder disminuirlos y adaptarte a estos parámetros.
Separa lo personal de lo profesional
El éxito del consultorio propio es saber diferenciar las finanzas de tu vida personal y de tu vida laboral, por lo que se recomienda tener dos cuentas bancarias diferentes para no mezclar. Una debe ser enfocada a tus gastos personales y otras a las del consultorio y, como consejo, nunca decidas usar una (aunque sea una vez), para pagar alguna deuda de la otra. Por eso siempre ten en ambas, fondos de emergencia para cualquier imprevisto.
Aprende a realizar presupuestos
Los presupuestos te van a ayudar mucho a tener un buen control de los gastos y a monitorearlos. Gracias a esto conseguirás tener un buen plan financiero a corto y largo plazo. Existe una fórmula básica que nunca falla para comenzar y es tener un 50% para las necesidades de la empresa, un 30% para los ahorros y un 20% para los imprevistos.
Paga a tiempo siempre
En un negocio es muy importante cumplir con los tiempos de pago, para no pagar montos adicionales por intereses o cargos por retraso. Esto además te brindará una buena reputación y calificación financiera que eventualmente te puede beneficiar para que te otorguen plazos de créditos más largos, lo que te permitirá manejar mejor tu flujo de caja. Puedes ayudarte a través de un sistema de pago en tiempo, que puede ser manual o automatizado.
Es muy importante tener este punto al día, para conseguir tener una buena relación laboral con tus proveedores y también poder conseguir mejores precios en compras o contratos que realices a futuro, cuando vayas a renovar o implementar algo en tu consultorio.
Siguiendo estos pasos conseguirás llevar un buen control de los gastos de tu consultorio y permitirá que nada se te vaya fuera de control para evitar las sorpresas a final de mes. En resumen, buen control de gastos, buena rentabilidad y una vida mucho más tranquila.